No confíes demasiado, no ames demasiado, no entregues
demasiado, porque al final pueden dañarte demasiado
¿Podemos compartir todo en las redes sociales? Buena pregunta si partimos de
la base de que las redes sociales son
el principal motivo para conectarse a Internet según todos los informes sobre
el tema. Una vez creado nuestro perfil, nadie nos
asegura el buen uso o la privacidad de nuestras informaciones. Aunque tengas un
perfil privado, dentro de tus “amigos” puede haber quien le dé un mal uso a tus
informaciones básicas ¿Es necesario que sepan absolutamente todo de nosotros?
También es bastante corriente que las propias empresas visiten los perfiles
de sus futuros candidatos para saber realmente quiénes son y a qué dedican el
tiempo libre por poner algunos ejemplos piadosos. Eso sí que es una violación
en toda regla de las más sencillas reglas de la intimidad. Nadie escapa al gran
ojo de Facebook que al final se ha convertido en un buen aliado para los
departamentos de recursos humanos, o inhumanos como dicen muchos, de las
grandes multinacionales. Basta darse una vuelta por los perfiles de muchos
directivos para darse cuenta de que hoy en día no pasarían el filtro
precisamente de sus propios departamentos de RH.
Se podría hacer un libro, desde aquí animo a hacerlo, con los disparates y
locuras que muchos directivos tienen colgados en sus perfiles. Una simple foto
de un directivo en estado totalmente ebrio o en circunstancias un poco
“especiales” no es muy difícil de encontrar precisamente. Más de uno todavía se
sorprende cuando ve en algún medio de comunicación algunas fotos algo más que
comprometidas y luego preguntan a sus responsables de comunicación las mismas
tonterías: ¿de dónde han salido esas fotos? ¿quién se las ha pasado al
periódico o la revista de turno? ¿quién quiere hacerme daño? La pregunta es
sencilla, tu mismo con tu falta de inteligencia y tu desconocimiento absoluto
de las “maravillosas” redes sociales.
Pero volvamos al tema de la intimidad en las redes sociales. Saben ustedes
que hay más de un millón y medio de perfiles falsos en Facebook. Y lo que es
más importante, se dan cuentan de que pueden ser utilizados por algún
“graciosillo” para utilizar nuestros datos y hacerse pasar por nosotros para
perjudicarnos o gastarnos una bromita. Lo hemos visto en políticos, escritores,
deportistas… ¿Porqué no podemos ser nosotros la siguiente víctima? Siempre hay
que denunciar una suplantación pero, ¿Se puede evitar? ¿Porqué estamos tan
desprotegidos? ¿No hay manera de que ya que nos controlan tanto pongan un poco
de orden en todo esto? Y no me hablen de libertad porque la mejor libertad de
la que puede disfrutar uno es la de proteger su propia intimidad.
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